sábado, agosto 19, 2006

La última versión de Google Earth me hizo llorar...


Ayer instalé la última versión del programa Google Earth, la 4.0 Beta, y debo confesar que me hizo llorar.
Lo descargué, lo instalé y no funcionó, primer contratiempo. Lo desinstalé y volví a repetir la operación, nada, tampoco funcionó.
¿Cuál sería el problema?
Debo decir que no soy muy experto en esto de Internet y la computación, solo soy un viejo aficionado que simula ser un entendido en estas técnicas de la modernidad, pero viejo y testarudo. Podía haber llamado por teléfono o por chat a mi nieto de nueve años y pedirle ayuda, pero no quería mostrarme ante él como ignorante en la materia. Por lo tanto me dije que solo tendría que resolver el problema.
Pensé, y claro había algo que no había hecho, desinstalar el programa mas viejo, podría ser esto lo que estaba entorpeciendo la correcta instalación. Lo eliminé y además limpie todos los restos que pudieran quedar en algún rincón del computador.
Volví a instalar el programa nuevo, con calma y tiza, como diría un jugador de billar, tratando de no equivocarme u olvidarme de algo.
Listo, ahora sí, a probarlo y a disfrutar de este nuevo software.
Otra vez nada, ya desesperaba, estuve a punto de llamar a José Ignacio, pero no, la tecnología no me la iba a ganar. Una vez más a empezar de nuevo.
Volví a releer las instrucciones y los requerimientos, creo que el problema estaba en la memoria Ram. Si bien era cierto que los requerimientos pedían como mínimo una memoria Ram de 128 Mb, que es la que yo tengo, lo óptimo era usar una de 512 Mb, parece que allí radicaba el problema.
Seguí probando y probando y nada. No quise llamar a Nacho, a sus nueve años tiene muchas otras cosas que hacer antes que estar atendiendo a su abuelo.
Volví a desinstalar y nuevamente instalar, ya no sabía que más hacer, ya me sentía abatido y derrotado.
Instalé el programa para verlo y configurarlo mañana, ya era muy tarde. Cuando iba a apagar el equipo, en lugar de apretar la tecla “apagar” apreté “reiniciar” y me fui a preparar una taza de té, cuando volví al computador, la pantalla estaba llena con el mundo de Google Earth, ¡Milagro! como para no creerlo.
Me olvidé que era tarde, prácticamente madrugada, y me senté frente al monitor a probar la nueva versión, la 4.0 Beta.
Instintivamente me fui a un lugar al sur del mundo, a un pueblo en la Patagonia argentina cuyo nombre es: Las Heras. En este pueblo viví toda mi niñez y adolescencia y ya hace casi cincuenta años que me fui de allí.
Comencé a acercarme en el vuelo virtual; cinco kilómetros, cuatro, tres, dos, uno, hasta esa distancia podía ver algo, pero muy borroso, con la versión anterior; si me acercaba más todo se perdía y diluía; ahora parece que me daba mayor acercamiento; novecientos metros, ochocientos, setecientos, seiscientos, quinientos, cuatrocientos, cuatrocientos, cuatrocientos... y me puse a llorar...
Allí estaba mi pueblo, clarito al alcance de mi mano, al tamaño de mis ojos; grande, grande, mucho más grande y yo me sentía pequeño...
Allí estaba la plaza con grandes árboles que teñían de verde su extensión, allí la calles Perito Moreno, San Martín, Roca y todas (no me acuerdo los nombres), todas pavimentadas, en el recuerdo quedaba la tierra...
Allí estaba la escuela, en la misma manzana, eso si cuatro veces mas grande, su patio, su cancha, la huerta o por lo menos el espacio de la huerta. El techo se ve azul, creo recordar que en mis tiempos era rojo, o puede ser efecto de la fotografía...se ven también otras construcciones nuevas y grandes con techos azules...
Si bien es cierto que el pueblo es mucho mas grande, yo me concentré en las doce o trece por cuatro manzanas de aquellos tiempos, en la plaza, la municipalidad, el correo, la Anónima, Argensud, El Baratillo, Muruzabal, La Esperanza, la librería Garriga, la librería Parra, la peluquería Tucci, el hotel Central, el hotel Asturias; la pequeña fábrica de agua soda del papá del "Poroto" Alvarez, donde íbamos a tomar bilz "recien salida de la máquina"; la carpintería de Mulher, la agencia Giobbi, la cancha de futbol y la sede del club Deportivo Las Heras, la escuela Nº3, el cine donde gané algunas monedas acomodando a los espectadores no esta y tampoco estan las pequeñas casas o piezas arrendadas donde en forma itinerante según donde se podía pagar un alquiler, nos criamos mi hermano Humberto y yo.
Ahora quizás ya no necesite viajar hasta allá para visitar mi pueblo, puede que una próxima versión de Google Earth me pernita caminar por sus calles (Hoy parece que todo es posible).
Pero mientras que ésta no llegue, me gustaría que tú, sí Tú, fueras la guía virtual y a través de Internet me fueras mostrando el pueblo, sus calles y su gente de hoy, mientras yo te cuento del pueblo, los trenes y los niños de ayer.
La instalación del programa me costó y me hizo transpirar pero la visita a mi pueblo y los recuerdos... me hicieron llorar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que tal? soy Nestor de Berazategui.
Me conmovio la historia de google earth, pero tambien me causo un poco de gracia.
Estoy buscando alguna version que se aproxime lo mas que pueda, sin perder nitidez. Si usted conoce alguna estaria agredecido que me lo comunique, mi mail es nestorsbb@hotmail.com
Desde ya muchas gracias!

leticia dijo...

bueno me entusiasme leyendo y recordando...ud. para ver las fotos deLas heras puede entrar en PANORAMIO fotos de lorenzo echeverria y podrá verlos diferentes lugares..
lorenzo echeverria